miércoles, 2 de julio de 2008

Un hombre

Michelle Falsone G.

Un hombre me devuelve la mirada. Tiene amargura y dolor en ella. El rastro de lágrimas que cayeron por sus mejillas se secó, ya no tiene lágrimas para llorar. Su alma se secó. Me recuerda a alguien. El no sabe quien soy tampoco. Me ve fijamente como tratando de encontrar algo que se le perdió. Trata de buscar esperanza, pero no la encuentra y no la encontrará. El lo sabe. Quisiera no estar tan cerca de el, quisiera no sentirme mal por él, pero no puedo.

Mira hacia abajo respirando profundamente y alza la vista de nuevo. Sus ojos decididos se despiden de mí. Tenía amargura y dolor en ellos, pero ya no, no, ya no. Ahora su mirada es de piedra, fría y dura. Ahora ya no puede sentir, ya no puede llorar. Es de piedra, duro y frío.

Un hombre me devuelve la mirada, no lo reconozco, no se quién es. Pero me alejo del espejo y su reflejo ya no se ve. Aunque no lo vea, no se va, está conmigo. Sí, me recuerda a alguien, pero alguien en el que me convertí.


(3er semestre - 2007-2 - Taller de Redacción I)

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